Estaba España sumergida en la más pura miseria tanto económica como política ,a punto del colapso y la ruina y abocada al desastre en todos los frentes, cuando a partir de los años 50 unos personajes extraños a la ideología oficial ,política y religiosa, llamados turistas , salvan a Franco y su régimen en su momento más delicado. Entrarán la temidas “ideas perniciosas” pero también el maná de las divisas. Una cosa por otra.
España empieza a abandonar el arado por el ladrillo, y ya no mira a las alturas buscando la salvación del cielo eterno, sino que alza sus ojos para ver las enormes torres que se hincan frente a las playas de nuestro mar. Como si el dique se hubiera roto, y las conciencias hubieran cambiado (a golpe de billetes, claro) miles de turistas empiezan a abarrotar nuestras costas y nuestras ciudades más señeras. La península, en sus zonas costeras para ser exactos, cambia al paso de los bikinis , prenda de baño hasta entonces anatemizada por los vigilantes de las buenas costumbres, que comienzan a inundar las playas, motivando la entrada de nuevas ideas y nuevas formas de vida desconocidas por los españoles.
Elke Sommer en Bahía de Palma
El primer bikini del cine español
El primer bikini cinematográfico que tiene el honor de ser autorizado por la censura ,se vio en España irrumpiendo en el imaginario erótico del españolito medio en 1962, en la película Bahía de Palma, lucido por la actriz alemana Elke-Sommer. Por supuesto tan excitante prenda de “vestir”,en una película española, no podía llevarla una actriz nativa.
Sinopsis
Mario comienza a trabajar como pianista en una sala de fiestas en Palma de Mallorca, donde se encuentra con dos mujeres, una antigua alumna, y Clara, quien conseguirá conquistarle... (FILMAFFINITY)
Carteles promocionales de Bahía de Palma (1963)
Los carteles de promoción en los que Elke Sommer aparecía en bikini llegaron a ser pintados sobre la fotografía por los censores hasta convertir el dos piezas en un traje de baño, y en algunas ciudades, como Sevilla, fueron más allá, transformando el bikini en un vestido. Las autoridades eclesiásticas llegaron a considerar la película gravemente peligrosa y desaconsejable para todos los públicos, lo que motivó que la Guardia Civil se apostara a la puerta del cine para controlar rigurosamente la edad de los espectadores. Las críticas de la época arremetieron contra la indumentaria estival de la cinta.
El macho celtíbero y las suecas
Las suecas
Las costumbres empiezan a transformarse rápidamente y cientos de jóvenes enfilan rumbo a las zonas exteriores del país buscando trabajo y también intimar con las jóvenes y guapas rubias venidas allende los mares, conocidas como “las suecas”. Por aquel entonces "las suecas" eran todas las extranjeras, de Suecia o de cualquier otro sitio, que llegaban a España con sus minifaldas y sus piernas al aire, y que además ¡¡bebían y fumaban!!. Tomaban el sol en bikini haciendo que a más de uno se le revolucionaran las hormonas, y normalmente se hacía la vista gorda ante estos casos de "provocación" y de "falta de decoro" , porque, en definitiva, el turismo procedente de Europa proporcionaba pingües beneficios a un país en el que no sobraba nada.
De este modo se crea el mito del macho celtíbero y el de la fácil extranjera que busca ávidamente aventuras veraniegas. Los jóvenes españoles ante tanto ayuno eclesiástico y tan frecuente represión sexual comienzan a experimentar nuevas sensaciones ante muchachas tan robustas, tan alegres y tan desinhibidas que producen el efecto mágico de despertar las conciencias de unos oriundos tan sumergidos en ideas reaccionarias que parecía imposible que despertaran de ellas.
España se vio llena de mujeres que bebían, fumaban y enseñaban los muslos y el escote.
Las suecas fueron nuestro despertar a Europa. Tuvieron que aguantar muchas burradas, porque los hombres de la época no sabíamos comportarnos: las playas pronto se llenaron de tíos bajitos y morenos como yo que trataban de ligar con esas señoras tan macizas. En cuanto veíamos un poco de muslo, nos volvíamos locos
100 españoles y el sexo- David Barba -Editorial Plaza y Janés-Entrevista a Alfredo Landa
La noción de mundo comienza a cambiar para los españoles, mientras, por contrapartida, una buena cantidad de beatas a ultranza claman a los cielos buscando el rayo fatídico que destruya a tanta sueca y tanta falta de respeto.
En la costa catalana, las beatas de Acción Católica apedreaban a las turistas que paseaban con pantalón corto, se mesaban los cabellos, se sacudían golpes de pecho y se rasgaban las vestiduras ante tamaña demostración del poder infernal, pues el demonio andaba a la caza y captura de incautos en la Tierra y había que luchar para que no se hiciera con su botín: el mayor número posible de almas. Lo que nunca se imaginó nadie es que quizás los españoles querían ser poseídos.
En la costa catalana, las beatas de Acción Católica apedreaban a las turistas que paseaban con pantalón corto, se mesaban los cabellos, se sacudían golpes de pecho y se rasgaban las vestiduras ante tamaña demostración del poder infernal, pues el demonio andaba a la caza y captura de incautos en la Tierra y había que luchar para que no se hiciera con su botín: el mayor número posible de almas. Lo que nunca se imaginó nadie es que quizás los españoles querían ser poseídos.
Las amadas ovejitas del Señor
(…) esos indeseables, con su indecoroso proceder en las playas , bares y vías públicas y, más aún con sus hábitos viciosos y escandalosos van creando aquí un ambiente maléfico que nos asfixia y que no puede por menos que pervertir y corromper a nuestra inexperta juventud… Nadie se explica por qué se autoriza aquí la estancia de féminas extranjeras, corrompidas, corruptoras que sin cartilla ni reconocimiento médico , viene para ser lazo de perdición física y moral e nuestra inexperta juventud; ni tampoco sabe nadie cómo pueden tolerarse ciertos individuos, carentes de medios de vida ,de los cuales dice la voz pública que viven exclusivamente del vicio que facilitan y propagan descaradamente…
(…) Y que nadie vea en estas líneas otra cosa más que la voz de alerta , el grito de ¡socorro! Del pastor de almas que contempla angustiado e impotente la riza, el destrozo que hace el lobo entre las amadas ovejitas que el Señor le confiara y de las cuales tendré que rendirle cuentas algún día.
Fray Antonio- Obispo de Ibiza
Paco Martínez Soria y las suecas
El macho celtíbero
En el pueblo español, la afluencia turística representó la culminación entre el centro y la periferia , y muchos lugares de España se despoblaron ante el fenómeno provocado por el turismo. En la costa estaba el jornal seguro, en la construcción, en los servicios, en los oficios a que daba lugar aquella masiva llegada de gentes de fuera, y por si ello fuera poco , además estaban “las suecas”. Muchos empleados, camareros sobretodo, se convirtieron en verdaderos profesionales cuyo nombre y hazañas eran conocidos en el extranjero, no faltándoles nunca clientela atraída por su renombre de macho en perpetua disponibilidad.
El macho celtibérico , a la llamada del estío emigra de las mesetas y demás enclaves áridos y despoblados en busca de esa periferia costera y soleada donde está aguardándoles un importante papel en el concierto turístico…El joven celtibérico espera la llegad del verano y con él la invasión de beldades exóticas, como oportunidad que se le brinda para estar a la altura de su renombre y demostrar que en la oleada erótica que nos invade, en tolerancia justificada por nuestra balanza de pagos, nuestro país ha dejado atrás el subdesarrollo.
El joven varón hispánico , ya sea estudiante, pescador u obrero cualificado, porque en esto no hay distingos ni de clase ni de categoría profesional, reacciona ante la turbadora presencia de la extranjera con instinto y tino de cazador. Por la mañana, en la playa, se dedica al ojeo, escrutando entre un bosque de esbelteces disponibles. Por la noche , elegida ya la pieza, aparece por las discotecas y demás centros de contoneo organizado, dispuesto a acreditar esas cualidades de hombre fogoso que a los meridionales, ha dado justa fama en la estimativa racial.
Cuadernos para el Diálogo- Rafael Abella
Tres suecas para tres Rodríguez (1975)
Sinopsis
Cuando Adela (Florinda Chico) se queda embarazada, el médico le recomienda descansar y pasar las vacaciones en la playa. Su marido (Tony Leblanc) se queda entonces de Rodríguez al igual que dos compañeros de oficina. Los tres infelices se dejan enredar por Ingrid, Erika y Elga, tres suecas monumentales que fingen estar enamoradas de ellos, pero, en realidad, sólo los utilizan como tapadera del tráfico de drogas al que se dedican. (FILMAFFINITY)
El cine del macho celtíbero
Otra consecuencia del turismo fue el cine de machos celtíberos, aventuras costeras del españolito de pelo en pecho en las que se lanzaba a la caza de la sueca, fantaseaba con la posibilidad de ligársela y dejar atrás su aburrido matrimonio... y que al final se acababa estrellando contra la realidad .
Este personaje , es protagonista de infinidad de películas en las que entre destapes, equívocos y moraleja final , se da un visión certera de la realidad y la fantasía social de la época, y en las que las costas se convierten en el medio natural para que el ciudadano de a pie deje a un lado sus problemas diarios y se lance a la conquista de unas mujeres (consideradas) fáciles.
A principios de los sesenta, el entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, tuvo la idea de impulsar una serie de cintas de temática playera que vendieran el mayor patrimonio de la costa española: el sol y la playa. Y qué mejor que ese ambiente en el que los deseos campan a sus anchas espoleados por la exhibición de los cuerpos para el cine de machos hispanos. La manera de desenvolverse de esos personajes no es más que un grito de rebeldía ante los años de represión e infantilismo, ante una Iglesia castradora y una educación basada en la imposición del decoro.
Si en 1947, los españoles antepusieron el visionado de Gilda a la salvación de su alma, advertidos de la perversidad del film en todo tipo de sermones eclesiásticos, no es distinta la situación expuesta por los cineastas en las películas de machos celtíberos. Hay una consciente desvinculación de las imposiciones morales para dar rienda suelta a una conducta rijosa y desesperada; una necesaria liberación de los instintos constreñidos durante décadas por el nacionalcatolicismo y que, ahora, ven la oportunidad de verse realizados, aunque ello suponga ir contra las normas establecidas e, incluso, contra los mismos preceptos ideológicos.
Si en 1947, los españoles antepusieron el visionado de Gilda a la salvación de su alma, advertidos de la perversidad del film en todo tipo de sermones eclesiásticos, no es distinta la situación expuesta por los cineastas en las películas de machos celtíberos. Hay una consciente desvinculación de las imposiciones morales para dar rienda suelta a una conducta rijosa y desesperada; una necesaria liberación de los instintos constreñidos durante décadas por el nacionalcatolicismo y que, ahora, ven la oportunidad de verse realizados, aunque ello suponga ir contra las normas establecidas e, incluso, contra los mismos preceptos ideológicos.
Manolo la nuit (1973)
Sinopsis
Manolo trabaja en la Costa del Sol, divirtiéndose y ligando con las extranjeras que veranean allí. Mientras tanto, su mujer se encuentra en Madrid presa del aburrimiento y los celos. Influenciada por su despiadada hermana, simulará un embarazo con otro hombre para darle una lección. (FILMAFFINITY)
Pero las conductas histriónicas del macho celtíbero son siempre el preámbulo del fracaso. La materialización simbólica de un país todavía en construcción, lleno de dudas, frustraciones y atrasos que no sabe cómo reaccionar ante su deseada apertura europeísta después de décadas del “Santiago y cierra España”. Por consiguiente, las peripecias de estos personajes acaban convirtiéndose en agrios choques ante la realidad circundante.
En realidad los escarceos con las esculturales extranjeras no son más que lamentables malentendidos, y se vuelven, arrepentidos, al hogar conyugal con la esperanza de ser perdonados por sus respectivas esposas. Es la amargura de la destrucción de los deseos lo que se impone en ambos casos.
En realidad los escarceos con las esculturales extranjeras no son más que lamentables malentendidos, y se vuelven, arrepentidos, al hogar conyugal con la esperanza de ser perdonados por sus respectivas esposas. Es la amargura de la destrucción de los deseos lo que se impone en ambos casos.
Y es que como en casa, y con la decente mujer de toda la vida, en ningún sitio.
Fuentes: La vida cotidiana en la España de Franco- Rafael Abella-Editorial Argós Vergara / La invasión de las suecas -Gabriel Cardona y Juan Carlos Losada -Editorial Ariel/ http://www.miradas.net
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