jueves, 9 de marzo de 2017

Maquillajes monstruosos

Los monstruos clásicos llamados monstruos de Universal son los monstruos que aparecen en las películas clásicas de terror de la Universal Pictures, en su mayoría basados en monstruos clásicos de la literatura y que incluyen los que aparecen en las películas Dr. Jekill y Mister Hyde, El jorobado de Notre Dame, El fantasma de la Ópera, Drácula,Frankenstein, La Momia, El hombre invisible, El hombre lobo y La criatura de la Laguna Negra y sus respectivas y numerosas secuelas. ( Wikipedia)
 
 


Hubo un tiempo en que todo era artesano, hasta el cine, especialmente en lo referido a efectos especiales/maquillaje. Así los monstruos clásicos, como Drácula o Frankenstein que cuando fueron vistos en cine por primera vez aterrorizaron al personal, hoy, tiempos de gore y apabullantes efectos especiales a base de ordenador, no son más que curiosidad cinéfila.

La necesidad del maquillaje en las películas fue evidente desde el comienzo del cine, pero pocos de los principios del maquillaje teatral fueron aplicados al nuevo arte. Los actores se dieron cuenta de que el maquillaje teatral producía en el film un efecto totalmente diferente. También, con la invención de la película pancromática (gracias a las famosas pruebas Mazda, de 1928) dio mayor libertad de acción con los colores, permitiendo así la vuelta al natural, y eliminando el maquillaje directo, para permitir que el rostro fuera filmado más rápidamente. Al mismo tiempo, explicaba en ese artículo algunos rasgos que se conseguían con un meticuloso y estudiado proceso de maquillaje. Por ejemplo, para hinchar el rostro, a menudo se recurría al algodón entre los dientes y las mejillas. Este material era también utilizado para fabricar ojeras: se corta un poco en forma de medialuna, se fijaba al rostro y se cubría con un poco de aceite de oliva. Para lograr una nariz más ancha, como la de los negros, era necesario cortar tres pedazos de tres octavos de pulgar de la funda de goma de los cigarros e introducirlos en la nariz.

Lon Chaney "El hombre de las mil caras"

Lon Chaney nació el 1 de abril de 1883 en Colorado Springs, siendo bautizado con el nombre de Leonidas F. Chaney. Sus padres, Frank y Emma, eran sordomudos, hecho que le fue muy útil para su posterior evolución interpretativa en el teatro y el cine ya que la comunicación gestual con sus progenitores le ayudó mucho en sus posteriores creaciones para la pantalla grande.

El actor Lon Chaney , conocido como El Hombre de las Mil Caras..., fue capaz de crear personajes de muy distinta índole (jorobado, ciego, anciano, enano, mujer...), en sus inolvidables interpretaciones en películas como El fantasma de la Ópera (1925), El jorobado de Notre Dame (1923), etc. Su habilidad en el arte de la caracterización le valió el éxito y el reconocimiento del público. Él mismo se ocupaba íntegramente de la creación de sus personajes gracias a las técnicas de maquillaje que aprendió durante su etapa teatral.


Sus créditos en el arte de la caracterización son muy valiosos y justifican, por lo espectaculares, su fabulosa repercusión en las taquillas. En sus mejores creaciones, se reveló un maestro de la pantomima, lo cual explica su abierto rechazo al cine sonoro. En otros casos, llevó su afán perfeccionista hasta límites extremos. Por ejemplo, cuando tuvo que interpretar en The Penalty a un hombre cuyas piernas habían sido amputadas por un malvado cirujano, se ató las piernas a la espalda y efectuó toda su interpretación caminando de rodillas. En el maquillaje de El jorobado de Nuestra Señora necesitaba cuatro horas y media de preparación y requería setenta y dos libras de goma sobre su espalda para recrear la joroba y para el maquillaje de El fantasma de la Ópera se colocó alambres en el interior de la nariz para aumentar el tamaño de las aletas. En otra ocasión para parecer que era tuerto de un ojo se introdujo clara de huevo en el ojo.

Muchos jóvenes maquilladores de la década de 1940 intentaron copiar este maquillaje en el que, aparte de los alambres colocados en el interior de la nariz, se utilizó masilla para la nariz, dientes postizos, peluca con la parte frontal calva y pronunciados realces y sombreados para la distorsión facial. Lon Chaney (Jr.) relataba que su padre mantenía su camerino de maquillaje cerrado para todo el mundo y cuando tenía que hacer retoques o modificaciones se suspendía el rodaje y se iba sólo a su santuario, y no salía de él hasta que estaba seguro de que su aspecto era el que deseaba tener. El padre no reveló sus secretos a su hijo, por lo que una gran parte de su arte murió con él. En la edición de 1929 de la Enciclopedia Británica, Lon Chaney contribuyó con una descripción general sobre las técnicas de maquillaje cinematográfico.

La figura de Lon Chaney fue sin duda alguna de vital importancia para el desarrollo de importantes caracterizaciones. Con él, aparecieron personajes que conseguían producir en el espectador la sensación de terror y miedo porque estaba llenos de realismo. Lon Chaney fue uno de esos hombres del cine que se preocupó por innovar e investigar en la creación de métodos útiles para confeccionar sus personajes. Tan preocupado estaba porque el resultado de sus caracterizaciones fuera lo más óptimo posible que en una ocasión tuvo que soportar durante todo el rodaje una membrana de huevo dentro del ojo para simular un accidente. Hoy en día las técnicas de maquillaje son mucho más sofisticadas porque los maquilladores cuentan con una gran evolución en este campo y también se echa mano de los efectos especiales y de las recreaciones por medio del ordenador. Lejos estamos de aquellas primitivas técnicas que eran realizadas trabajosamente con materiales caseros (algodón, aceite, clara de huevo, etc) pero que resultaban tan creíbles como los de hoy en día. Lon Chaney murió en 1930 


Aunque los primeros maquillajes "de terror" se realizaban trabajosamente con antiguos materiales, en las recreaciones posteriores se emplearon piezas de látex, que son mucho más fáciles de colocar en los intérpretes y que se puede colocar con anterioridad a su utilización. Por ejemplo, el maquillaje de La Momia (1932) consistía en una complicada envoltura de tela alrededor del cuerpo, que se cubría con cola de pegar y que se espolvoreaba con Fuller´s Earth para simular un cuerpo en descomposición, mientras que, posteriormente, se creó el mismo efecto cubriendo un traje con una pintura base de látex grisácea.

El maquillaje de la cara de la momia creaba el aspecto de una piel con residuos de venda más o menos evidentes. A parte de la clásica técnica explicada anteriormente, existe otra que consiste en la aplicación de látex y pañuelos de papel o vendas. Lo primero de todo, es cubrir la cabeza con una calota (ya que las momias no tienen pelo), a continuación se extiende con una esponja una capa de látex denso sobre el rostro, cuello y orejas y con un secador de aire frío se procede a secar la cara hasta que el látex se vuelva transparente. Después, se aplican polvos blancos y el actor comienza a gesticular para que se marquen las arrugas. Al concluir esta operación se preparan los pañuelos o las vendas. Se vuelve a extender otra capa de látex sobre la piel, se apoya el papel y se aplica otra cantidad de látex encima del mismo papel o venda. Esta operación se repite hasta obtenerse un estrato suficientemente espeso
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Drácula / Bela Lugosi

El personaje que finalmente encarnó en el cine al monstruo de Frankenstein está ligado a un actor clásico de los primero tiempos cinematográficos de “Drácula”: Bela Ferenc Dezso Blasco, artísticamente conocido como Bela Lugosi, nacido el 20 de octubre de 1882 en Lugosi, Hungría. 

En 1927 , ya en los EEUU, tras actuar con éxito en obras teatrales en su Hungría natal y y en Alemania, a Bela Lugosi se le presenta la gran oportunidad de interpretar al personaje inmortal creado por Bram Stoker, Drácula, en una versión teatral que recorrerá el país y Canadá con un éxito inmediato, y que interpretará durante tres años. En 1931 protagoniza para la Universal, la versión cinematográfica de la novela, en donde Lugosi puede expresar todo lo que había aprendido durante los 30 años de profesión: las expresiones faciales, los gestos y una elegancia, que le convierten en uno de los grandes. Muere en Los Ángeles el 16 de agosto de 1956, sin dinero, casi sin trabajo, alcohólico y enganchado a la morfina.

Bela Lugosi --Boris Karloff 


Frankenstein/ Boris Karloff

Pero Bela Lugosi cometió el gran error de su vida cuando no quiso interpretar la versión cinematográfica de la obra teatral Frankenstein basada en la novela de Mary Shelley que preparaba la Universal. No le interesaba un papel que ocultaba su rostro bajo una gruesa capa de maquillaje que lo haría irreconocible para su público, y que además ni tan siquiera tenía diálogo. La oportunidad sí la aprovechó William Henry Pratt, nacido el 23 de noviembre de 1887, en Camberwell, Londres (Inglaterra), de nombre artístico Boris Karloff.


El flemático y voluntarioso Karloff, no se imaginaba que el proceso de maquillaje de Frankenstein, ideado por Jack Pierce, jefe de maquilladores de la Universal, iba a ser más monstruoso que el propio personaje.
La parte plana de la cabeza, hecha de plástico y con peluca incorporada, era colocada sobre la cabeza del actor, y la frente, cara y cuello eran construidos gradualmente por medio de finas capas de algodón y líquidos adhesivos, con capas de grasa para obtener los poros de la piel. Las famosas “tuercas”, que no eran tuercas sino enchufes, ya que era un monstruo eléctrico y su fuerza vital provenía de la electricidad, eran sujetas al cuello con más algodón y adhesivo.

Como el color del maquillaje inicialmente previsto, un cadavérico blanco grisáceo, se desvanecía bajo las luces, fue necesario realizar hasta siete pruebas de color hasta que se dió con el correcto: el gris verdoso.

Boris no fue una parte completamente pasiva del proceso y realizó una contribución decisiva. Observó que sus ojos ”parecían demasiado vivos y naturales para algo que había sido construido a trozos”. El maquillador estuvo de acuerdo y aplicó masilla de látex a sus párpados para lastrarlos y darles una apariencia velada semi-muerta . Boris también participó en el aspecto marchito e la criatura quitándose un puente dental. Además unos alambres sujeto en los bordes de la boca la mantenían hacia fuera y abajo

Con el proceso de maquillaje de la cabeza, que duraba cuatro horas, no acababa el suplicio. Para completar su físico, vestía un traje con doble relleno bajo la vestimenta del monstruo, que en pleno verano californiano, sin aire acondicionado y sin trajes refrigerados, acababan empapados tras una hora de trabajo bajo los focos, y tenía que cambiarse con un traje extra, que a menudo aún estaba húmedo de la vez anterior. De manera que la mayor parte del tiempo se sentía como si vistiera una mortaja viscosa, lo que quizás sirvió para dar realismo al personaje.

Y la cosa no acababa ahí, sino que llevaba piezas de acero en su espalda, brazos y piernas para reducir la movilidad, y sus botas de asfaltador, que pesaban seis kilos cada una, llevaban plataformas para aumentar más su altura, una impresión que era potenciada acortando las mangas y las perneras del traje del monstruo deliberadamente. Completado el proceso alcanzaba los 2,10 m de altura (aun poco para los 2,50 m. especificados por Mary Shelley), y había ganado 25 kilos.


  Boris Karloff y Jack Pierce

Mientras se filmaba El hijo de Frankenstein (1938) Boris Karloff cumplió su 51ºcumpleaños. La Universal le regaló una cámara de cine doméstico e incluyeron un rollo de película en color. Durante una pausa del rodaje decidieron probarla consiguiendo una ocasión única de apreciar el tono verdoso original del maquillaje. Karloff bromea y simular asesinar a Jack Pierce, como puede verse en el siguiente vídeo, lo cual no sería extraño tras las maratonianas sesiones de maquillaje a las que sometía a Karloff para caracterizarlo como Frankenstein.


Los horarios de rodajes eran también una monstruosidad. De las catorce o quince horas diarias en el estudio , Boris tan sólo empleaba cinco horas rodando ( en realidad pasaba más horas en la silla del maquillador) y cuando empezaba a trabajar, es decir, a actuar,ya llevaba ocho horas en el estudio.

Éste era el horario de Boris Karlof en el rodaje de La novia de Frankenstein:

4:30. Despertar.
5:20. Viaje hasta el estudio ( unos 25 kilómetros)
6:00. Un esteticista prepara su piel, mientras toma un desayuno ligero.
7:00-12:00.Maquillaje.
12:30. Se sujetan los accesorios de pienas y cuerpo y se pone las botas lastradas.
13:30. Comida.
14:00-19:00. Rodaje. Descanso a las 16:00.
19:00-20.00. Se retira el maquillaje.
20:00. Ducha fría, cena ligera y una taza de té. Masaje para ayudar a volver la restringida circulación a sus piernas.
20:30. Viaje de regreso a casa.
21:30. En la cama , se estudia la escena del día siguiente

Fuentes: Monstruos sagrados-Doug Bradley –Nuer Ediciones S.A./ De monstruos y hombres- Los Reyes del Terror de la Universal- José Manuel Serrano Cueto -T&B Editores/ http://www.cinefania.com  

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